Creer...

Creer, es la seguridad que sustenta un camino de ida y vuelta.
Y, yo sigo creyendo en los amaneceres por que no puedo resistirme al placer bendito de ver tu imagen tatuada en mis ojos.
Y, yo sigo creyendo en los atardeceres por que las estrellas que pegué en tu cuerpo y que aún deben brillar ahí adonde el cielo se hace agua y se abraza con el viento.

Pero, ahora mi urgencia coincide con la lucha de mi jardín por no desprenderse de las flores que le dieron alegría y nuevo rostro a los sarmientos profanos de anteriores primaveras.

Ayer, no salude a la Rosa de mi vecino, ni le conté a la reja de mi casa y al árbol solitario del parque que era feliz, y tampoco pedí que se detuviera el tiempo mientras te soñaba corriendo y riendo bajo el aguacero.

Un estruendoso silencio atravesó correntoso las ansias que tenía mi corazón de esa sed de infinito.

Yo pude sentir desgarrándose mi ultima fe, fue como salir a la calle y en una mirada fugaz y desconocida me arrebataran la historia, mi aire y mi conciencia, ese ultimo trocito de chocolate el que más saboreas y disfrutas por que sabes que comiste todo el resto sin sentir el dulce en tu alma.

Y así mudo de separaciones y dolores, caminé nublado

y vacío por la senda que con hilo dorado se va nuevamente tejiendo.
Profano de amores, orgullo, ansias...
Perdido en deseos, promesas y un te espero... para convertirme en nada, y sobre esta nada levantar este espectro errante.

A ti que todo lo ves,
y que no te deje entrar por estar lleno de mi mismo,
profano de todo.... te regalo esta nada,... te cedo tu espacio,
entra a compartir mi amargura
por que prefiero estar contigo en el abismo que solo en la llanura)...