De Mujeres y Flores.

Creí haber nacido profano de mujeres y flores,
engendrando palabras letales
que sólo los nuevos brotes de las primaveras de mi corazón justificaban.

Es verdad, que hay jornadas en que soy un hombre nuevo,
ajeno al romance de la luna con el mar,
y al firmamento que la sostiene con amor,
como la tierra a la rosa de mi vecino.

Ahora, mis parpados
no caen sinuosos al hechizo de viejos sueños,
por que estos en la fragua de un abrazo de mi amada se funden,
y juegan a crear sombras con mis manos por su cuerpo
irradiando nuevas esperanzas
en las cercanías de otros fuegos ya consumidos.

En esta mujer declaro mi vida rendida,
sólo si estar rendido
es ver en ella mi cuerpo maniatado en su jardín amor,
y así beber el néctar dulce de esas palabras compartidas en silencio.

Sin ansiedad y agonías
los viejos sueños perdidos
se asilan entre las flores de este jardín de amor,
esperando que con labios simples,
esta voz relate las historias perdidas y profanas que golpean las paredes del alma)...

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